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Cali, Valle, Colombia
Este Colectivo no hace diferencias de ninguna índole, inclusivo cien por ciento, respetuoso de las creencias y ritos, abierto a todas las formas de pensamiento, deseoso de hacer de Univalle un espacio académico, investigativo, cultural, recreativo, de discusión, de compromiso ciudadano donde quepamos todos y todas.  Consientes de que el trabajo del Colectivo debe ir más allá de  reivindicaciones  coyunturales, hoy nos planteamos el trabajar en tres ámbitos: 1. Gestionar ante la Dirección Universitaria las condiciones de accesibilidad (salones, subsidios, movilidad) de los compañeros y compañeras con discapacidad en el campus universitario. 2. Abrir un espacio de discusión académica en la vía de construir pensamiento crítico alrededor de esta cuestión, esto es, debatir o poner en cuestión los diferentes modos de pensamiento que han circundado la construcción del Otro deficiente . 3. Colocar en la agenda universitaria la necesidad de una Política Institucional en discapacidad.

jueves, 10 de septiembre de 2009

LOS RIESGOS DE QUEDARSE EN EL CONCEPTO JURÍDICO DE LA CONVENCIÓN

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los términos de Discapacidad, Deficiencia y Minusvalía en los años ochentas. Con pequeñas modificaciones hoy, son la base conceptual de la Convención Internacional aprobada en marzo de 2007 por la comunidad internacional concurrente en la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Deficiencia, es lo que no funciona o falta en el cuerpo o la mente de cada ser humano.

Discapacidad, son las barreras, los obstáculos que encuentran las personas en el medio donde se desenvuelven.

Minusvalía, es la desventaja de la persona con deficiencias. De tal modo que es más minusválido el que tenga más deficiencias o a quien el medio le coloque más barreras.

Ahora veamos. Los términos adoptados por este organismo (OMS), para designar a las personas que hacemos y/o tenemos una forma diferente a la mayoría de ser o estar en la vida, se nos llama: "Personas con discapacidad". Esa expresión es acepta en el mundo, pues proviene de un acuerdo de expertos del saber médico.

Aquí se asume que la discapacidad la posee, le pertenece a la persona, casi que es connatural a ella, como si la sociedad que pone las barreras, los obstáculos no tuviera nada que ver, es decir, ninguna responsabilidad; en últimas la "culpa" de estar discapacitado (a) es de quien no funciona en el medio que le correspondió vivir. Tal vez (¿?) seremos “personas con deficiencias” y discapacitadas por la sociedad, que es muy distinto a ser "personas con discapacidad", pues ninguno de nosotros (as) ha querido estar discapacitado por voluntad propia. Pero la discusión que queremos plantear va un poco mas allá.

Cuando se dice que somos personas con deficiencias o que nos falta algo en el cuerpo o la mente, es admitir que el cuerpo completo y sin deficiencias (OMS), es el cuerpo perfecto, el ideal, lo que llamamos en nuestro medio "normal". Quienes no nos ajustamos al patrón de "normal" estamos trasgrediendo la norma de la naturaleza, no nos ajustamos al patrón establecido por la ciencia médica (medidas antropométricas normales, coeficiente intelectual normal, fisiología normal, visión 20/20, etc.) , por lo tanto, es necesario hacer ajustes de normalización, para llevarnos al camino co-rrecto de la estandarización, esto se hace a través de las distintas técnicas de rehabilitación, pero de manera mucho más sutil y refinada mediante la eugenesia, como por ejemplo: biogenética, la esterilización, la eutanasia. En últimas, se nos reconoce como cuerpos diferentes, diversos, pero no se nos acepta. La etimología de claridad sobre estas dos palabras. RECONOCER: Darse cuenta de que algo que se percibe había sido percibido antes; del latín cognoscere, conocer de nuevo. ACEPTAR: Recibir voluntariamente o con gusto; del latín accepare, frecuentativo de acciperé, recibir

Consideramos necesario estas aclaraciones previas para que analicemos el instrumento jurídico de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad” que no pasa de ser un manual de “buenas intenciones”; útil para una sociedad que acepta lo arbitrario como norma, lo desigual. A la formulación de las leyes se puede llegar mediante acuerdos o imposiciones. El gobierno de las naciones de regímenes democráticos en occidente se rigen por tres órganos: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Las leyes son promulgadas por el Legislativo (el Congreso, ciudadanos elegidos mediante voto popular). Este poder del estado, que en las nacientes repúblicas de la Europa del siglo XVIII pretendió darle igualdad de derechos a los ciudadanos mediante un gran acuerdo que en las clase de historia nos lo han enseñado como Contrato Social, ha sido absorbido progresivamente por actores organizados de la sociedad, organizaciones que se disputan el control sobre las personas y las poblaciones. Esos actores son los diferentes sectores de la economía (financiero, industrial, comercial, agrícola y ganadero, minero), los medios masivos de comunicación, las empresas de tecnología avanzada, actores con poder económico, pero sobre todo con poder político para tomar decisiones por “encima” del estado. Un ejemplo de esto son los cambios de comportamiento de las personas (sensación de inseguridad, necesidad de control sobre nuestros hijos, por ejemplo) que las nuevas tecnologías como el internet o el teléfono celular han producido. De esta manera la capacidad de gobernar una nación mediante las leyes aprobadas por el Legislativo, queda en manos de otros actores otras fuerzas de poder.

El compendio de normas o leyes que se establecieron en un principio a partir del Contrato Social, está siendo suplantado por una norma que privilegia la dinámica de oferta y demanda, ley del mercado. Resulta interesante traer las reflexiones de M. Foucault con respecto a sus estudios sobre la relación del poder – sexo en los finales de la edad media, pero que son los mismos que hoy nos permiten analizar la relación poder – discapacidad. M. Foucault: “A partir de la Edad Media, en las sociedades occidentales el ejercicio del poder se formula siempre en el derecho…Hace ya siglos que entramos en un tipo de sociedad donde lo jurídico puede cada vez menos codificar (convertirlo en códigos o leyes) o servirle de sistema de representación. Esta inflexión (quiebre) nos aleja cada vez mas de un reino del derecho que comenzaba ya a retroceder en el pasado, en la época en que la Revolución Francesa, cuando la edad de las constituciones y los códigos, parecía convertirlo en una promesa para un futuro cercano”. Tiempos aquellos y estos en que “…el derecho debe ser la forma misma del poder y el poder debe ejercerse con arreglo al derecho”. Es el mismo M. Foucault quien propone una salida al enfrascamiento en que se encontraban los análisis de las relaciones poder y los comportamientos de la gente, entre ellos el sexo. No se trataba de establecer prohibiciones (leyes) de ciertos comportamientos humanos mediante códigos, de lo que se trataba era de entender como son las relaciones entre los distintos miembros de la sociedad, que para M. F., las relaciones entre las personas son relaciones de poder en todos los ámbitos de la vida, tanto pública como privada, relaciones dinámicas y en permanente movimiento o cambio donde resultan dominadores y dominados.

El Diccionario Etimológico de la Lengua Española dice que Poder es tener la capacidad o los recursos para; tener permiso de; capacidad, fuerza, dominio. Si el poder es una Capacidad, tal como lo muestra el diccionario, nos preguntamos ¿qué implicaciones tiene designar a Otro como discapacitado? ¿El discapacitado físico no termina siendo un discapacitado político? Por eso, terminamos diciendo con M. F: “Hay que construir una analítica del poder que ya no tome al derecho como modelo y como código”


COLECTIVO DISCAPACIDAD UNIVALLE

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